lunes, octubre 16, 2006

P. D. James, Cierta clase de justicia: No el mejor Dalgliesh

Me pareció: Bueno

En esta novela P. D. James escapa, o parece hacerlo, en varios sentidos a la estructura y características tradicionales del género. Y a mi gusto lo hace con suerte diversa.

Desde el primer párrafo se anuncia la futura muerte que constituirá el crimen a resolver; y ésta no sucede hasta la página 140. Pareciera invertir así el desarrollo tradicional de la novela policial: en lugar de conocer post mortem a la víctima para buscar a su victimario, James aquí inicia el juego describiendo a quien anuncia como víctima y el transcurrir de sus últimos días.

Sin embargo, más que de semejante inversión, se trata de un recurso que le da una excusa para contar con detalles la “previa” de la víctima. Después de todo, iniciar con el crimen o anunciado la certeza futura de su acontecer, resultan equivalentes.

"Cuando la tarde del 11 de septiembre Venetia Aldridge se levantó para interrogar al principal testigo de cargo en el caso Regina v. Ashe le quedaban cuatro semanas, cuatro horas y cincuenta minutos de vida" (pág. 11)
Un problema que implica este recurso es que sin crimen no hay detective. Dalgliesh, “el” detective de James, no comienza su labor hasta bien avanzado el libro. Y luego, el libro va cambiando el punto de vista de la acción y así nunca alcanza un protagonismo sobresaliente. Además, en el desarrollo del personaje parece asumir que los lectores conocen sobradamente de antemano las peculiaridades de este detective. Con todo esto, el libro me dejó una impresión de la figura de Dalgliesh algo opaca.

Hacia el final de la trama el libro parece convertirse en una especie de thriller. Al punto que, por ser este el primer texto que leía de la autora, en varios momentos temí estar equivocado acerca del género en el que se ubica P. D. James. El engaño va demasiado lejos: me la pasé chequeando cuantas páginas faltaban con el temor a que la autora haya olvidado terminar de aclarar la solución al caso.

Finalmente la solución del caso es incuestionable y su narrativa envidiable. Pero habiendo leído de su autoría La sala del crimen (claramente superior según mi parecer) y a sabiendas de que es “daguera”, creo que Cierta clase de justicia ciertamente no hace entera justicia con todo lo bueno que pueden ser los libros de P. D. James.

PD: destacable el humor de P. D. James en la “Nota de la autora” con que inicia el libro.

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